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The Cloisters: la joya escondida de Nueva York

The Cloisters los claustros NY

¡Hola Molaviajer@s! Hoy venimos a hablaros de uno de los secretos mejor guardados de Nueva York. Se trata de The Cloisters, un museo diferente, y en un entorno idílico y nada típico de la Gran Manzana, Fort Tryon. En serio, es como que te tele-transportado a un lugar de Europa y a menos de una hora de metro de Times Square en Manhattan. ¿Nos acompañáis a visitarlo?

¿Qué vamos a encontrar en The Cloisters?

The Cloisters, que se traduce al español como “Los Claustros”, es un museo con aires de monasterio, que forma parte del MET pero con una temática diferente. Tan diferente, que es el único museo de Estados Unidos dedicado al arte medieval. Ahí es nada… Y es que Estados Unidos puede tener muchas cosas, pero desde luego, entre ninguna de ellas destaca el arte medieval, ¿no?

Pues ahí está Nueva York, una vez más, desmontando ideas… Si vais a ver The Cloisters, podréis encontrar hasta 2000 piezas (tapices, estatuillas, manuscritos, mobiliario, partes de iglesias / monasterios / abadías entre otras cosas y hasta tumbas) mayoritariamente de entre los siglos XII y XV, traídas en su inmensa mayoría de diversos puntos del continente europeo, muchas de ellas procedentes de España.

Cabe decir que si toda la colección es impresionante, y os recomendamos seguir el recorrido oficial, igual que todos acabamos recorriendo los pasillos de Ikea, algo que sí o sí es imperdible es el conjunto de las vistas desde los claustros + los propios “cloisters”, adornados todos con plantas tal y como se adornaban en su época. La suma de ambos son capaces de dejar sin habla a cualquiera, incapaz de creer que eso esté en Manhattan.  

¿Cómo llegar a The Cloisters?

Caminar es una de nuestras actividades favoritas en Nueva York, pero aún así, para llegar a Fort Tryon y ver The Cloisters, os vamos a recomendar transporte público, porque queda a la altura de la calle 202 aproximadamente. Ya sabéis que siempre os decimos que calculéis el trayecto que debáis hacer en el mismo momento que tengáis que hacerlo, y en aplicaciones del estilo a Google Maps o similar, puesto que estas se actualizan en tiempo real y os advertirán de posibles cambios de ruta en el metro, accidentes, etc…

Independientemente, el transporte más cómodo para llegar a The Cloisters es taxi, Uber, Lyft o similar, que os llevarán de puerta a puerta. Pero no será lo más económico. 

Para quienes quieran hacer un trayecto baratito y que encima les dejen en la puerta, la mejor combinación es la línea A de metro hasta la estación de la calle 181. Una vez allí, hacer transbordo al bus M4 y bajar en el final de línea. 

También podéis tener en cuenta el resto de paradas anteriores del M4 por si os pillan de camino. Os dejamos aquí todas ellas. Eso sí, tened en cuenta que el bus no es ni de lejos el medio de transporte más rápido de Nueva York. Hace muchas paradas y tiene que lidiar con los atascos, así que armaos de paciencia…

Si os da igual que os lleven hasta la puerta y preferís combinar la rapidez del metro con la de vuestras piernas, podéis dejar la línea A de metro en la estación de la calle 191st y caminar a lo largo de Fort Tryon (del que os hablamos más abajo) siguiendo las indicaciones a The Cloisters.

Historia de The Cloisters ¿Cómo llegó todo eso allí?

Uno de los precursores de The Cloisters fue George Gray Barnard, un escultor americano que vivió en Francia durante muchos años trabajando para el Pennsylvania State Capitol, y entre otras cosas, aprovechó para hacerse con una colección de arte europeo impresionante. Cuentan que muchas obras estaban en granjas, en cobertizos, abandonadas… O que incluso descubrió una lápida que se utilizaba como puente para cruzar un pequeño arroyo… El caso es que poco a poco se hizo con 700 piezas que llevó a Nueva York en 1913, justo cuando Francia estaba empezando a preocuparse más por la deslocalización de sus obras de arte. Así que el bueno de Barnard, les “cedió” amablemente un conjunto de arcos que sacó previamente de Cuxa, y aprovechó a cambio para llevarse el resto de piezas para ser expuestas en Nueva York, en Fort Washington Ave.

El caso es que Barnard quiso construir un monumento a la paz, con tan mala suerte que su construcción le consumió todo su dinero, y tuvo que vender su ansiada colección de arte europeo en 1925. ¿A quién? Al museo Metropolitano, pero… ¿Cuánto dinero tiene el MET desde hace ya tanto tiempo, no? Bueno, pues no del todo, porque parece que el dinero lo puso John D. Rockefeller Jr. Y no solo eso, sino que 5 años más tarde, el señor Rockefeller “regaló” a la ciudad de Nueva York el terreno de Fort Tryon a cambio de que le donasen el terreno del Upper East Side donde hoy se encuentra la Universidad Rockefeller. Y no conforme con esto, también compró varios acres de terreno en New Jersey de los que se encuentran frente a The Cloisters, y que incluyen las palisades, para donarlo a New Jersey y que este espacio se dedicase a un parque. ¿La finalidad? Conservar las vistas de las que os hablábamos más arriba y que nada enturbiase las vistas desde los claustros. 

The Cloisters, en el edificio que conocemos a día de hoy, abrió al público, agarraos, el 10 de mayo de 1938, y para eso, levantaron un edificio en medio de Fort Tryon, pero no fue una obra de arquitectura sin más, sino que dentro de los elementos de construcción, incorporaron elementos originales procedentes de Europa, entre ellos, de los claustros de Saint Michel de Cuxa (en los pirineos orientales al sudeste de Francia), de Saint-Guilhem-le-Désert (en la región de la Occitania francesa), de Trie-sur-Baïse (en Tarbes, Francia) , o de Froville (al este de Paris, cerca de Estrasburgo).

A la colección inicial de Barnard se unió parte de la colección de Rockefeller, después, y por ejemplo, en 1958 llegó a formar parte de la estructura el ábside de piedra caliza del siglo XII de la iglesia de Fuentidueña, en Segovia. Pero si queréis ver algo curioso, podéis buscar si en los claustros de Nueva York se conserva alguna parte de vuestra ciudad haciendo click aquí

Entradas para The Cloisters

Como The Cloisters forma parte del Museo Metropolitano, ambos lugares pueden visitarse con la misma entrada, dentro del mismo día. ¿Mola, no? Bueno, mola, pero no mucho… Porque si te gusta el arte, y dados los horarios de ambos museos, con un día no vais a tener ni para empezar. Dicho esto, si os apetece ver ambos lugares, pero no sois de los que se quedan horas y horas disfrutando de un cuadro, podéis visitar el MET y The Cloisters en el mismo día. 

También hay que decir que durante muchos años, el precio de la entrada al MET (y por lo tanto a The Cloisters) era voluntario, ya que se aplicaba el “pay what you wish”, o incluso que se podía visitar con una tarjeta turística de Nueva York,  pero a partir del 1 de abril de 2022 esto ya no va a ser posible. Obligatoriamente para visitarlos tendrás que pagar los 30$ de entrada para cualquiera de los dos lugares, MET o The Cloisters.

Si queréis comprar la entrada a The Cloisters (que también da derecho a visitar el MET el mismo día) podéis hacerlo desde la web oficial del museo. Y si queréis probar suerte, nuestra amiga Victoria consiguió entrar de manera gratuita a The Cloisters. ¿Cómo? Entrando media hora antes de la hora de cierre. No le dio tiempo de visitarlo a fondo, evidentemente, pero sí de disfrutar de la tranquilidad de los claustros un poquito. 

Horario de The Cloisters

Si queréis visitar los claustros de Nueva York, tendréis que hacerlo de jueves a lunes de 10:00 a 17:00. Y como comparte entrada con el MET, os recordamos que el horario del MET es el mismo: de jueves a lunes y de 10:00 a 17:00.

Las mejores horas para visitarlo son las de primera hora de la mañana, cuando menos gente hay. Pero no suele ser un museo de los que se llenen, así que las visitas suelen ser tranquilas.

¿Cómo aprovechar mejor la visita a los Claustros?

Primero, cabe decir que de no ser que este tipo de arte os encante, o que no hayáis visto nada similar en vuestra vida ni tengáis posibilidad de ello, quizá la visita a The Cloisters esté más recomendada para terceros o cuartos viajes a Nueva York y no para los primeros. Si nos lees desde España seguro que has visitado algún monasterio así en tu vida, pero si nos lees desde otro lugar, quizá no. Por eso, tenéis que valorar las ganas de disfrutar de The Cloisters frente a las ganas de descubrir Nueva York. Yo personalmente no es un sitio a donde iría en mi viaje a Nueva York

Dicho esto, podéis descargar una hermosa audioguía gratuita que se puede escuchar desde su propia web, aquí  ¿La pega? Que está en inglés, así que hay que afinar el oído… Ella os introducirá un poco al mundo The Cloisters.

Otra de las maneras de aprovechar la visita a The Cloisters, es dando una vuelta por Fort Tryon, el parque que lo rodea y que tiene unas vistas espectaculares tanto del Hudson como de New Jersey. Para eso, una vez habéis visitado los Claustros, podéis aprovechar para ir caminando hasta el metro, a través de Fort Tryon, que fue diseñado por los mismos que se encargaron de Central Park y de Prospect Park, los hermanos Olmsted. Y fue designado como oficial NYC landmark en 1983.

Tiene varios senderos y puntos de interés, y para que podáis seguirlos bien, os los dejamos marcados en el mapa a continuación, en el orden correcto desde la salida de The Cloisters al metro:

Bueno Molaviajer@s, esperamos que este post con los detalles, horarios, precios de entradas y curiosidades acerca de The Cloisters en Nueva York, os haya gustado y servido. Ya sabéis que cualquier duda sobre vuestros viajes, aquí nos tenéis. Solo escribidnos a través del formulario y os ayudamos a la mayor brevedad posible.

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