Roma con niños: consejos para viajar en familia

¡Hola Molaviajeros! Si planeais viajar en familia a la Ciudad Eterna, disfrutaréis de unos días llenos de emoción y diversión, dado que Roma es una ciudad que se presta muy bien a disfrutar con niños. La capital italiana ofrece actividades para grandes y pequeños, sus grandes monumentos suelen sorprender a niños de todas las edades, y sus plazas son el lugar ideal para descubrir y aprender.

Qué ver en Roma con niños

Existen muchísimos lugares que merecen una visita si viajáis con niños, de hecho, cualquier museo, galería o monumento puede ser un lugar interesante para toda la familia. A continuación os dejamos los lugares y monumentos que no pueden faltar en una visita a Roma con niños.

Monumentos y plazas principales

Los lugares que interesan a cualquier turista son lugares que, generalmente, impresionan incluso a los más pequeños. El Coliseo y Foro Romano, el Castillo de Sant’Angelo, el Panteón de Agripa o el impresionante Monumento a Victor Manuel II son monumentos que, por sus dimensiones y forma, sorprenden. Si además dejáis volar vuestra imaginación, accedéis a su interior y recorréis sus miradores y pasadizos, pasareis momentos inolvidables mientras conocéis la ciudad.

Las plazas de Roma también son el lugar ideal para los pequeños de la familia, ya que tienen espacio para correr y explorar sin peligros. Os recomendamos la Plaza Navona, Piazza Spagna, Campo de’ Fiori (preferiblemente por la tarde, ya que durante el día está cubierta por el mercado rionale), Piazza di Santa Maria in Trastevere, Piazza del Popolo y, por supuesto, Plaza San Pedro.

monumentos para visitar con niños en roma

Museos imprescindibles para disfrutar con niños

Si estáis planeando un viaje a Roma con niños, tanto Welcome to Roma como el Museo Explora ofrecen experiencias únicas que van mucho más allá de los museos tradicionales y enriquecen el viaje desde distintas perspectivas.

Welcome to Roma es una propuesta inmersiva que actúa como una verdadera puerta de entrada al pasado de la ciudad, ideal para comenzar el recorrido familiar con una visión clara y visual de cómo Roma evolucionó desde una aldea en las colinas del Lacio hasta convertirse en el corazón de un imperio y luego en la Roma que conocemos hoy. Proyecciones panorámicas, reconstrucciones digitales de monumentos emblemáticos y narraciones en varios idiomas (incluido español) capturan la atención de grandes y pequeños, despertando la curiosidad antes de pisar el Coliseo o recorrer el Foro Romano. Por este motivo, lo mejor es visitar Welcome to Roma en vuestro primer día.

Por su parte, el Museo Explora es el refugio perfecto para los más pequeños, una especie de paraíso lúdico y educativo donde los niños no solo pueden tocarlo todo, sino que deben hacerlo: ya sea construyendo casas con grúas, manejando un mini supermercado, aprendiendo cómo funciona el agua o explorando el cuerpo humano. Este museo, ubicado cerca de Villa Borghese, convierte el aprendizaje en diversión y fomenta la creatividad. Tened en cuenta que, a diferencia del anterior, no se trata de un museo en el que se conozca la ciudad o su historia. Es muy interesante si viajáis con niños pequeños, de entre 2 y 10 años.

Otros museos que pueden serviros para hacer una pausa divertida entre monumento y monumento son: el Museo de Cera, el Museo de las Ilusiones e IKONO Roma. Cada uno ofrece una experiencia distinta, todos comparten un enfoque visual, lúdico e interactivo que conecta muy bien con las familias, especialmente cuando los más pequeños ya han tenido su dosis de ruinas y basílicas.

Por su parte, el Museo de Cera de Roma, situado junto a Piazza Venezia, propone un paseo curioso por la historia y la cultura pop a través de figuras en cera de personajes célebres. Aunque su colección no es tan extensa como la de otros museos internacionales, tiene su encanto, especialmente para niños en edad escolar que pueden reconocer emperadores romanos, científicos, actores o músicos. Muy cerca, el Museo de las Ilusiones ofrece una experiencia completamente diferente: un universo donde nada es lo que parece.

Aquí, los espejos deforman, las salas giran y las reglas de la física parecen desaparecer. Es un lugar donde la ciencia y el juego se mezclan, ideal para descubrir en familia mientras se sacan fotos. Finalmente, a pocos pasos de Piazza di Spagna, IKONO Roma transforma el concepto de museo en una aventura sensorial. Este espacio invita a entrar, tocar, saltar y posar en instalaciones inmersivas: desde una piscina de bolas gigante hasta pasillos de luces de neón y salas aromáticas. Más que una exposición, es una experiencia pensada para participar activamente, perfecta para preadolescentes, adolescentes o padres divertidos.

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Parque de Villa Borghese

Y si viajáis a Roma con niños, el Parque de Villa Borghese es una parada imprescindible. Se trata de un gran oasis verde en el corazón de la ciudad que combina naturaleza, arte, diversión y cultura, todo en un solo lugar. Para las familias, es mucho más que un parque: es un espacio donde los niños pueden correr libremente, alquilar bicicletas de cuatro ruedas, montar en un trenecito turístico o simplemente perseguir burbujas gigantes entre fuentes y esculturas.

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Sus caminos arbolados lo convierten en el lugar perfecto para hacer una pausa entre visitas, organizar un picnic o dejar que los más pequeños descarguen energía al aire libre. En verano además, es un refugio fresco y con sombra que toda la familia agradecerá. Además, Villa Borghese ofrece opciones específicas para ellos: la Casina di Raffaello, un espacio cultural con talleres, cuentacuentos, juegos y actividades pensadas para niños pequeños, todo dentro de una encantadora casita histórica.

En este parque se encuentra la famosa Galería Borghese, que alberga una colección de escultura y pintura absolutamente deslumbrante, con obras maestras de Bernini, Canova, Rafael y Caravaggio. Os recomendamos realizar una visita guiada en su interior, el guía sabrá envolver a los más pequeños en cada anécdota e historia.

En el parque encontraréis también el Cinema dei Piccoli, una diminuta sala escondida que ofrece sesiones adaptadas para niños, generalmente en italiano. También hacen espectáculos de marionetas en el teatro de títeres tradicional del parque, que siguen fascinando a los más pequeños sin importar el idioma.

Desde un punto de vista logístico, el parque es céntrico y fácilmente accesible desde Piazza di Spagna o Piazza del Popolo, por lo que podéis integrarlo fácilmente en cualquier itinerario.

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Otras actividades para disfrutar en familia

Si estáis organizando un viaje a Roma en familia, una de las claves para que todos los miembros de la familia disfruten, es alternar momentos culturales con experiencias interactivas, más tranquilas y pensadas para captar la atención de los niños. En ese sentido, Roma ofrece opciones muy bien diseñadas que van más allá de los museos o los monumentos tradicionales, y que permiten descubrir la ciudad de manera dinámica y divertida. Algunas de las más interesantes para hacer con peques son las siguientes:

Un tour para familias con niños : es una visita guiada a pie que recorre los principales monumentos del centro histórico con un enfoque totalmente adaptado al ritmo infantil. Acompañados por guías expertos en educación y narrativa infantil, los niños no solo aprenden historia, sino que la viven como una aventura, buscando símbolos escondidos, resolviendo pequeños enigmas y escuchando historias de emperadores, dioses y gladiadores contadas como cuentos.

El paseo en barco por el Tíber: el río Tíber no es navegable como el Sena en París, pero este paseo ofrece una perspectiva distinta de Roma, ideal para descansar sin dejar de descubrir. Durante el recorrido se ven lugares como la Isla Tiberina, los puentes históricos, Castel Sant’Angelo y la zona del Trastevere.

La experiencia Leonardo da Vinci: Se trata de una visita interactiva que explora los inventos, diseños y descubrimientos de Leonardo, con réplicas funcionales que los niños pueden tocar, girar y experimentar. El museo cuenta con exposiciones táctiles, maquetas en movimiento, bocetos ampliados y, lo mejor, un taller opcional donde los niños pueden construir su propio invento inspirado en Da Vinci.

MagicLand: a menos de una hora de coche, se encuentra el parque de atracciones más grande del centro de Italia. El complejo ofrece una mezcla de atracciones mecánicas, espectáculos, áreas temáticas y zonas de juego acuáticas, todo enmarcado por una ambientación mágica y colorida. Desde montañas rusas suaves hasta juegos de agua, teatro 4D y un pequeño parque de dinosaurios, con opciones de diversión para todas las edades.

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Mejores zonas para alojarse cuando se viaja en familia

Una de las decisiones más importantes al viajar a Roma en familia es elegir bien la zona donde alojarse, ya que influirá en la logística diaria. Roma es una ciudad extensa y con mucho para ofrecer, pero no todas sus áreas son igual de cómodas para quienes viajan con niños. Lo ideal es encontrar un equilibrio entre ubicación, tranquilidad, accesibilidad y servicios prácticos como supermercados, restaurantes o parques cercanos. Afortunadamente, Roma cuenta con varios barrios perfectos para alojarse en familia, cada uno con su propio carácter, ventajas y tipo de alojamiento. Tenemos un post en el que os damos consejos y ejemplos donde alojarse en Roma, y, además, a continuación os contamos cuáles son las mejores zonas para vivir la ciudad con niños y qué podéis esperar de cada una.

El Centro Histórico incluye áreas como el Pantheon, Piazza Navona y Campo de’ Fiori, es sin duda la opción más práctica si buscas estar a pie de todo. Aquí, literalmente, puedes salir del alojamiento y encontraros rodeados de historia, heladerías, plazas animadas y pequeñas tiendas locales. Es ideal para familias con niños ya algo mayores, que puedan caminar con facilidad, y para quienes prefieren no depender del transporte público. Además, los paseos nocturnos por estas zonas son mágicos, seguros y llenos de vida. Eso sí, hay que tener en cuenta que es una zona muy demandada, con precios más elevados y algo de ruido, especialmente en verano o fines de semana. Aun así, si se trata del primer viaje a Roma, dormir en el corazón de la ciudad será un acierto.

Otra opción excelente es el barrio de Prati, ubicado junto al Vaticano. Es un área más residencial, elegante y tranquila, muy bien conectada por metro y bus, ideal para familias que prefieren un ambiente más ordenado y menos turístico. Aquí encontrarás supermercados grandes, parques infantiles, librerías, panaderías y cafés locales, lo cual hace que el día a día con niños resulte cómodo y predecible. Además, hay muchas opciones de aparthoteles y alojamientos familiares, perfectos si planeáis una estancia de varios días o necesitais lavar ropa, calentar comida o simplemente tener espacio. Al estar cerca del Vaticano, también es fácil organizar visitas tempranas a San Pedro o los Museos Vaticanos evitando multitudes.

Por último, el barrio de Monti, justo al lado del Coliseo, ha ganado mucha popularidad entre quienes buscan un ambiente más auténtico y menos turístico. Con sus calles estrechas llenas de tiendas de diseño, heladerías artesanales y pequeños parques, Monti tiene un encanto especial. Es una zona segura, céntrica y con una amplia oferta de apartamentos y pequeños hoteles con encanto. Además, estar a pocos minutos a pie del Coliseo, del Foro Romano y del Metro B facilita la movilidad incluso con niños.

En todos los casos, una recomendación fundamental para quienes viajan con niños es optar por apartamentos turísticos con cocina y lavadora. Esto no solo os aporta libertad para organizar desayunos o cenas sin salir, sino que ayuda a reducir gastos y simplificar la logística del viaje.

dónde dormir en roma en familia

Dónde comer en familia

No os voy a engañar, comer en Roma en familia es, sin duda, una de las partes más agradables del viaje. A diferencia de otras capitales donde hay que buscar locales “family friendly”, en Roma la mayoría de los restaurantes reciben a los niños con total naturalidad. Los camareros suelen ser pacientes y agradables, muchos locales cuentan con tronas, y es común ver a familias italianas con niños de todas las edades disfrutando de comidas en familia en los restaurantes de la ciudad. Además, no hace falta menú infantil: una pasta sencilla o una pizza margherita suele bastar para hacer felices a los más pequeños.

Es importante saber que los horarios pueden ser algo distintos a los de otros países: la comida entre 13:00–14:30, y la cena desde las 20:00, sin embargo, lo mejor es llegar al restaurante al menos 30 minutos antes del horario de inicio de las comidas, evitaréis colas y esperas infinitas. Otra opción para evitar las múltiples son las pizzerías al taglio y panaderías , podréis improvisar una comida ligera. En muchos locales se pueden compartir platos sin problema, lo que permite que los niños prueben un poco de todo. Las heladerías artesanales también son una parte esencial del viaje: el ritual de elegir sabores y disfrutar de un buen gelato después de cada paseo se convierte en un momento esperado por toda la familia.

Eso sí, no todos los restaurantes ofrecen el mismo nivel de comodidad, ya que algunos pueden ser estrechos o estar muy concurridos. Conviene evitar horas punta, buscar terrazas o lugares con espacio suficiente para carritos. Recordad, llevar agua y algún entretenimiento para los más pequeños siempre ayuda.

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Cómo moverse

Moverse por Roma en familia es parte de la experiencia, y entender bien cómo desplazarse puede marcar una gran diferencia cuando viajas con niños. Aunque a primera vista la ciudad parece caótica, lo cierto es que Roma es una ciudad caminable, especialmente si te alojas en una zona céntrica. Muchas de las principales atracciones como el Coliseo, el Foro, la Fontana di Trevi o Piazza Navona están relativamente cerca unas de otras, y pasear entre calles empedradas, plazas y ruinas es una forma ideal de descubrir la ciudad en familia. De hecho, caminar permite parar cuando se quiera, disfrutar de una gelatería inesperada o dejar que los niños corran un rato en alguna plaza sin prisas.

Para trayectos más largos o cuando los niños están cansados, el metro de Roma es una opción práctica, aunque tiene solo tres líneas (A, B y C). Las estaciones principales están bien señalizadas y los trenes pasan con frecuencia, pero es importante saber que no todas las estaciones cuentan con ascensores o escaleras mecánicas, lo que puede complicar un poco la logística si viajas con carrito de bebé. En este caso, usar una sillita plegable o un portabebés os dará más libertad y os ahorrará algunos contratiempos, especialmente en estaciones antiguas o muy concurridas como Termini o Spagna.

Otra alternativa cómoda para moverse en familia es el autobús turístico de subida y bajada libre. Si bien no es el transporte más rápido, es una excelente opción para recorrer la ciudad con una perspectiva panorámica, mientras descansáis, especialmente si viajáis con niños pequeños.

En cuanto a la red de autobuses y tranvías públicos, es extensa y a veces puede resultar algo lenta, especialmente en horas punta o en zonas muy turísticas. Si bien conecta toda la ciudad y llega a barrios más periféricos, hay que tener paciencia con los horarios y estar atentos a las validaciones del billete. Es útil en trayectos más largos y distantes. Y si viajáis con bebés, optar por porteo o un carrito ligero y fácil de plegar marcará la diferencia al subir escaleras, tomar el metro o moverse por las calles empedradas del centro histórico.

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Consejos finales

  • Reservad siempre con antelación las entradas para los monumentos principales, especialmente las del Coliseo, los Museos Vaticanos y el Panteón de Agripa. De esta manera os asegurareis el acceso, y evitaréis largas filas, que pueden ser incluso de horas en algunos periodos del año.
  • Llevad siempre con vosotros botellas de agua recargables, la ciudad está llena de fuentes de agua potable limpia y fresca.
  • Evitad en la medida de lo posibles los meses de julio y agosto, son los más calurosos y la afluencia de turismo es muy alta.
  • Planificad los días combinando cultura y juego: alternad las visitas a monumentos con momentos más ligeros como un paseo en Villa Borghese, una parada para helado o una tarde en el Museo Explora. Así evitáis el agotamiento y hacéis que los niños también disfruten su ritmo.
  • Comenzad las jornadas temprano: las primeras horas del día suelen ser más frescas y menos concurridas. Además, podréis visitar lugares populares con más tranquilidad y tener margen para improvisar por la tarde.
  • Llevad calzado cómodo para todos: las calles de Roma están llenas de adoquines, cuestas y escaleras.
  • Evitad itinerarios demasiado cargados: en Roma todo parece cerca en el mapa, pero las distancias engañan. Lo mejor es priorizar 2 o 3 visitas clave al día y dejar espacios de descanso o juego libre.

Y si necesitáis ideas de qué ver en Roma por días, os dejamos un recopilatorio con nuestros itinerarios sugeridos:

Bueno Molaviajer@s, esperamos que toda la información os sirva de ayuda y disfrutéis al máximo de unos días en familia por Roma. Como siempre, recordad que estamos disponibles para resolver cualquier duda que os surja. nos encontraréis por mail, rrsss o WhatsApp. Y no olvidéis visitar la sección de Roma en nuestro blog.

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