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Dinero

¿Cuánto dinero necesito? ¿Cuánto efectivo debo llevar?
¿Qué tarjetas? ¿Y si las pierdo? ¿Llevaré cheques de viaje?
Todo depende de la duración del viaje, de lo desarrollados que estén los países que se quieran visitar, del tipo de alojamiento y transporte que se escoja, de lo exquisito que sea el estómago y de los caprichos que desees permitirte.
Para un viaje de un año es posible dar la vuelta al mundo con 10.000 euros. Habrá que pernoctar en dormitorios comunes con literas o en campings, comiendo productos locales de puestos callejeros y olvidándote de una buena parte de las actividades turísticas, pero se puede. Un presupuesto medio rondaría los 10.000 euros por persona, incluyendo todos los gastos básicos, visitando algunos países “caros”, realizando alguna actividad, y compaginando habitaciones dobles en albergues u hoteles baratos, con dormitorios comunitarios en las ciudades más caras.
Sobre el presupuesto base que te hagas, añade un 15 o 25% más, para actividades. Es una oferta continua y muy apetecible a la que acabarás destinando gran parte de tu tiempo. Deportes de aventura en Nueva Zelanda, bucear en la barrera de arrecife de coral, ir de safari para ver tigres en India, hacer un pequeño crucero por los glaciares de Patagonia…es muy difícil resistirse. ¿Es lógico resistirse?
En la actualidad existen muchas vías de obtener efectivo en casi cualquier lugar del mundo para evitar llevar la cartera a reventar de billetes, pero algo de efectivo encima siempre viene bien para cambios de país antes de que hayamos sacado de un cajero moneda local o para salir del paso en una situación urgente. Además, conviene tener en cuenta que en algunos países, no muchos, debido a su inestabilidad política, no será tarea fácil utilizar la tarjeta de crédito o encontrar un cajero automático. Es necesario informarse sobre la situación de los países que tenemos previsto visitar.
En cuanto a la moneda, el euro va recortando distancia con el dólar como moneda de aceptación internacional aunque este sigue siendo más usado y será más sencillo que lo acepten. En todas las casas de cambio del mundo podremos utilizar ambos, pero el dólar es más útil para pequeños pagos como un transporte puntual o una compra en un pequeño comercio. La cantidad a llevar depende de cada persona. Quizá una aproximación útil sea multiplicar por cien el número de países previstos en la ruta. Es decir, si a lo largo de la vuelta al mundo visitas doce territorios, llevarías encima 1.200 dólares. También se puede destinar a efectivo un pequeño porcentaje del presupuesto planeado, sobre el 3 o el 5%.
¿Tarjetas de crédito, débito o ambas? Para pagos en el extranjero, en hoteles y en compras online de billetes, hay ocasiones en las que sólo se aceptan tarjetas de crédito. En cambio para retirada de efectivo en cajeros normalmente se pueden conseguir mejores condiciones utilizando las tarjetas de débito. Por lo tanto la respuesta ideal a la pregunta es: ambas. En caso de tener que escoger, la de crédito.
Económicamente los traveller checks o “cheques de viaje” son un medio de pago caro ya que se generan comisiones tanto en la emisión como en el cobro del cheque. Aún teniendo esto en cuenta, los travellers tienen una ventaja fundamental: su seguridad. Estos cheques son firmados tanto en el momento de la emisión como en el momento de su canje en presencia del personal del banco. Así que en caso de extravío estos cheques son inútiles sin tu firma. Pero la ventaja fundamental es que puedes volver a emitirlos en caso de extravío, presentando el recibo generado en el momento de la emisión original.
Las condiciones que te ofrecen los bancos varían de forma considerable de una entidad a otra, así que es necesario informarse previamente. Hay que fijarse especialmente en los siguientes aspectos:
 El acceso online. Es fundamental poder llevar un control de los gastos que vamos teniendo durante nuestro viaje y tener fácil acceso a movimientos entre cuentas. Los bancos con una buena interfaz web y sin comisiones por transferencias online serán los más convenientes.
Las comisiones de las tarjetas. Cada entidad financiera carga unas comisiones distintas tanto por la retirada de efectivo en cajeros internacionales como por las compras en establecimientos. Pueden variar desde el 0 hasta el 5% del reintegro. Las diferencias, al final del viaje, pueden ser significativas así que merece la pena invertir algo de tiempo en comparar condiciones y tomar una decisión.
Resolución en situaciones de urgencia. Es imprescindible que nuestro banco pueda darnos una rápida y buena respuesta en esos momentos. La atención al cliente debe ser internacional y durante las 24 horas del día. Preguntad por la cobertura en el contacto gratuito a través de llamadas a cobro revertido; en el reemplazo de tarjetas en el extranjero en caso de pérdida o robo; en la posibilidad de recurrir a un adelanto de efectivo de urgencia en caso de pérdida o robo de tus tarjetas; y si dispone de una buena red internacional de oficinas para realizar gestiones en pleno viaje.
Haciendo uso de la sabiduría popular, “es mejor no poner en una misma cesta todos los huevos de tus gallinas”. Contratar productos con dos entidades financieras diferentes mejorará la disponibilidad y nos permitirá aprovechar las mejores condiciones de cada banco en cada operación. Y, por último, autorizad a alguien de confianza en el país de origen para acceder a las cuentas que vayáis a utilizar en el viaje por si resulta necesario que realice movimientos en tu nombre.

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