Ruta por el Laterano y alrededores

¡Hola, molaviajer@s! Hoy os llevamos de paseo por los barrios de Laterano y San Giovanni, que, aunque no suelen estar entre las zonas más visitadas de Roma, para nosotros bien merecen una visita. Situados al sur del centro histórico, han logrado mantener ese aire romano auténtico, alejado del bullicio turístico, pero con atracciones súper importantes, sobre todo a nivel religioso.

Destacados del Laterano y alrededores

Aquí podréis visitar la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén, que custodia importantes reliquias, la impresionante Basílica de San Juan de Letrán (¡nada menos que la catedral de Roma!), y la famosa Escalera Santa. Curiosamente, estas últimas dos atracciones como el Palacio Lateranense pertenecen al Estado del Vaticano, aunque estén un poco lejos del territorio vaticano que todos conocemos. ¡Dato curioso, eh?

Otra cosa que nos encanta de Laterano y San Giovanni es que, al estar un poco fuera de la zona más turística, es posible encontrar restaurantes con comida más auténtica y precios algo más ajustados. Así que, además de empaparos de historia, podréis disfrutar de un buen plato de pasta sin que os duela el bolsillo.

No os preocupéis, que en nuestra guía sobre qué ver en Laterano y San Giovanni os vamos a contar qué ver, dónde comer y algunos consejillos para aprovechar al máximo la visita. ¡Seguid leyendo y a disfrutar de todo lo que podéis ver en la Roma más genuina!

Por cierto, antes de comenzar, si os interesa explorar los puntos clave de esta ruta por el Laterano con un guía de habla española, tenéis que saber que este free tour especial por el Jubileo, fue el más vendido en este año 2025.

Mapa de los lugares que ver en el Laterano y San Giovanni

Aquí tenéis un mapa con todos los lugares mencionados en este artículo, para que podáis seguir la ruta por el Laterano y San Giovanni sin perderos nada en el camino.

Qué ver en el Laterano y alrededores

Empezar bien el día en De Santis Santa Croce

Para empezar el día de la mejor manera, os llevamos a desayunar a uno de nuestros locales favoritos en el barrio de San Giovanni, De Santis Santa Croce. Esta pastelería es una auténtica institución en el barrio, ya que abrió sus puertas en el lejano 1908. Al entrar, quedaréis fascinados por la gran variedad de productos de pastelería, todos recién horneados. El producto estrella es el croissant, elaborado con diferentes rellenos y siguiendo la antigua y exitosa receta del abuelo Sergio, que lo hace más hojaldrado y crujiente. Además, si queréis probar algo más típico de Roma, no podéis dejar de pedir un maritozzo, el dulce romano por excelencia, relleno de nata montada. Y si sois madrugadores, recordad que este lugar abre sus puertas a las 05:30.

Empezar bien el día en De Santis Santa Croce

Porta Maggiore: una de las principales atracciones de San Giovanni

Una vez tengáis el estómago bien lleno, es hora de poner rumbo a la primera atracción de la zona, que además es muy antigua, ya que en pocos años cumplirá 2000 años. Hablamos de la Porta Maggiore, una de las puertas más importantes de las Murallas Aurelianas de Roma, que durante siglos protegieron la zona más céntrica de la ciudad. Aunque no es tan conocida como otras puertas, a nosotros nos ha fascinado por sus imponentes dimensiones, su aspecto tan antiguo y su ubicación algo escondida, en medio del ajetreo del tráfico romano. En tiempos pasados, esta puerta marcaba el paso hacia la Basílica de Santa María la Mayor (de ahí su nombre, «maggiore», que significa «mayor» en italiano).

Porta Maggiore: una de las principales atracciones de San Giovanni

Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén: un importante lugar de culto

Como os mencionamos al principio del artículo, entre los lugares que ver en el Laterano y San Giovanni hay numerosos sitios religiosos de gran importancia. Uno de los más destacados es la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén, que, además de contar con una hermosa decoración interior, alberga algunas reliquias de gran valor.

Por este motivo, en la antigüedad fue incluida en la lista de las siete iglesias que los peregrinos visitaban durante su recorrido por Roma. A día de hoy, si entráis a conocerla, es común ver a fieles arrodillados o en pie, admirando estas reliquias sagradas, entre las que destacan un fragmento de la cruz y dos espinas de la corona de Jesús.

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Una curiosidad sobre la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén es que su suelo original estaba cubierto con tierra traída desde el Monte Calvario en Jerusalén. La emperatriz Santa Elena, madre del emperador Constantino, fue quien mandó traer esta tierra sagrada en el siglo IV, cuando regresó de su famosa peregrinación a Tierra Santa. De ahí proviene el nombre de la basílica, ya que, simbólicamente, se encontraba «en Jerusalén» gracias a esa tierra santa.

Sin duda, es una visita interesante tanto para creyentes como para aquellos que simplemente buscan descubrir el patrimonio artístico de la ciudad, especialmente si se aprovecha la visita para contemplar los bonitos mosaicos de la Capilla de Santa Elena, otra joya imprescindible qué ver en el Laterano y San Giovanni.

Es posible acceder gratuitamente a la basílica todos los días desde las 07:30 a las 19:30.

Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén: un importante lugar de culto

Puertas de las Murallas Aurelianas

Desde la Basílica de la Santa Cruz, nos dirigimos a la Basílica de San Juan de Letrán, la más importante de Roma. En el camino, hay varios rincones donde hacer una pausa para gozar de la historia que rodea esta zona. Ya os habréis fijado en las Murallas Aurelianas, de las que ya hemos hablado antes. En esta parte de la ciudad, se conservan especialmente bien, y es fácil imaginar lo imponentes que debieron de ser en su época. Muy cerca de la basílica, se pueden ver dos antiguas puertas, aun intactas, que formaban parte de las murallas.

La Porta Asinaria, aunque no era una de las principales, tenía gran importancia estratégica, ya que por ella pasaba la Vía Asinaria, una antigua calzada que conectaba Roma con las afueras. Su nombre viene de la palabra italiana asino (burro), porque se cree que por aquí transitaban burros cargados de mercancías. Unos siglos después, se abrió la Porta San Giovanni para facilitar el acceso de los peregrinos a la Basílica de San Juan de Letrán y mejorar el tráfico en la zona.

Puertas de las Murallas Aurelianas

Plaza de la Basílica de San Juan Letrán

Triclinio Leoniano

Al acercarnos a la basílica, seguramente os llamará la atención una estructura peculiar: un gran ábside aislado, sin una iglesia o un edificio anexo. Hoy en día, los romanos lo llaman Nicchione, que significa “gran nicho”. En realidad, se trata del Triclinium Leoniano, un vestigio del antiguo Palacio de Letrán. Esta estructura formaba parte de la pared del comedor del palacio, y es la única sección que ha sobrevivido hasta nuestros días.

Subiendo la mirada, podéis admirar un mosaico, en el que Cristo aparece rodeado de los apóstoles. Sin embargo, el detalle más llamativo es la figura del emperador Carlomagno, representado recibiendo la bendición de San Pedro, lo que simboliza la estrecha alianza entre su imperio y el papado durante la Edad Media.

Triclinio leoniano

Escalera Santa y Sancta Sanctorum

Justo al lado del Triclinio Leoniano, se encuentra un lugar que, aunque no es muy famoso, para nosotros merece absolutamente la pena visitar, tanto para los creyentes como para los amantes del arte.

La Escalera Santa es un conjunto de 28 escalones de mármol que, según la tradición cristiana, Jesús subió en el palacio de Poncio Pilato en Jerusalén durante su juicio antes de la crucifixión. Se dice que Santa Elena, madre del emperador Constantino, los trajo a Roma en el siglo IV. Hoy en día, los escalones están recubiertos de madera para protegerlos, aunque en 2019, por primera vez en 300 años, esta cobertura fue retirada temporalmente, dejando al descubierto el mármol desgastado y supuestas manchas de sangre de Cristo en algunos escalones.

En el santuario al que entraréis, veréis cinco escaleras, y la central es la Escalera Santa original. Nos pareció una experiencia conmovedora ver a los fieles subirla de rodillas como acto de devoción.

Incluso si no sois creyentes, os recomendamos entrar igualmente, ya que las paredes de la sala que alberga estas escaleras están cubiertas de frescos impresionantes que representan escenas bíblicas. Son del siglo XVI y han sido restaurados recientemente, recuperando sus colores originales. ¡Son una verdadera maravilla!

Pero la experiencia no termina aquí. Si subís a pie por una de las escaleras laterales, llegaréis al Sancta Sanctorum, uno de los lugares más sagrados de Roma. Su nombre proviene del Antiguo Testamento, donde «Sancta Sanctorum» hacía referencia a la parte más interna y sagrada del Templo de Jerusalén.

Originalmente, este santuario estaba integrado en el antiguo Palacio Papal y servía como capilla privada del Papa. Es un lugar de gran interés artístico, gracias a su hermoso ciclo de frescos en la bóveda, que representan los símbolos de los cuatro evangelistas, así como escenas del martirio de importantes santos de la tradición cristiana. Asimismo, su valor religioso es inmenso. En el altar de la capilla, donde solo el Papa podía celebrar la Eucaristía, se esconden reliquias de santos de los primeros siglos del cristianismo, e incluso algunas atribuidas a la vida de Jesucristo. Pero lo más asombroso es la presencia de la imagen del Santísimo Salvador Acheropita, cuyo nombre en griego significa «no pintado por manos humanas». Según la leyenda, esta imagen milagrosa no fue obra de ningún artista, sino que fue pintada por ángeles.

Sin duda, la Escalera Santa y el Sancta Sanctorum son lugares imprescindibles que ver en el Laterano. Además, el acceso a la Escalera Santa es gratuito, mientras que la entrada al Sancta Sanctorum tiene un coste de 3,50 euros. Los horarios de la escalera santa son de 06:00 a 13:30 (los domingos abre a las 07:00) y de 15:00 a 18:30. El Sancta Sanctórum abre de 09:00 a 13:30 y de 15:00 a 17:15. Los domingos por la mañana no es posible entrar.

Si el apetito aprieta durante el paseo, os recomendamos hacer una parada para comer en Osteria Marco G, Osteria Feelsgood, o en uno de nuestros favoritos por su auténtico ambiente romano y cocina tradicional: Tira e Molla.

Palacio de Letrán

Este palacio, anexo a la Basílica de San Juan de Letrán, suele pasar desapercibido para la mayoría de turistas, pero en realidad posee una gran importancia histórica, religiosa y artística. A simple vista, quizá no parezca que este edificio fue, durante aproximadamente mil años, la residencia oficial de los pontífices. Sin embargo, tras sufrir terremotos, invasiones y, sobre todo, un devastador incendio, quedó destruido y fue finalmente abandonado en favor de los nuevos edificios en el Vaticano.

A finales del siglo XVI, el papa Sixto V encargó su reconstrucción a Domenico Fontana, su arquitecto de confianza. El nuevo palacio, más pequeño que el original, estaba destinado a ser la residencia de verano de los papas, y su diseño se inspiró en la arquitectura austera del Palacio Farnese. Sin embargo, los pontífices continuaron prefiriendo las residencias veraniegas del Vaticano y el Quirinal, por lo que el edificio tuvo diversos usos a lo largo del tiempo: hospital, hospicio y archivo del Estado Pontificio. Desde 1987, el piso noble alberga el Museo Histórico Vaticano.

Probablemente os estáis preguntando si el interior del palacio es visitable, y la respuesta es sí. Una gran escalera monumental conduce a los apartamentos papales, que cuentan con diez salas y una capilla decoradas con frescos impresionantes. También se puede visitar la Sala de la Conciliación, donde en 1929 se firmaron los Pactos de Letrán entre la Santa Sede y el Estado Italiano, poniendo fin a la disputa entre la Iglesia y el gobierno italiano y estableciendo al Vaticano como un estado independiente.

Si disponéis de varios días para conocer Roma, creemos que es una visita muy recomendable. Sin embargo, si tenéis poco tiempo, puede ser preferible centrarse en otras atracciones más emblemáticas de la ciudad. Además, tened en cuenta que es necesario reservar con antelación, y lo podéis hacer tanto en la web oficial como en el lugar. La entrada tiene un coste de 9 euros. También tenéis esta interesante opción con audioguía por 14 euros o la posibilidad de realizar una visita guiada en español por 18 euros. Los domingos, el palacio cierra sus puertas.

Archibasílica de San Juan de Letrán

Por fin llegamos a la joya de esta ruta por San Giovanni y el Laterano: la Archibasílica de San Juan de Letrán. Y no es cualquier iglesia, sino la más antigua de Occidente, la catedral de Roma y el templo de mayor rango del cristianismo. ¡Casi nada! ¡Os sorprenderá saber que incluso está por encima de la Basílica de San Pedro en el Vaticano! Mucha gente piensa que la catedral del Papa es la Basílica de San Pedro, pero no es así. Como obispo de Roma, su sede oficial está en San Juan de Letrán, por lo que es aquí donde el pontífice toma posesión de su cargo tras ser elegido.

A lo largo de su larga historia, la basílica ha pasado por todo tipo de desastres. En el siglo V, los vándalos la saquearon; en el IX, un terremoto la dañó gravemente; y en el XIV, dos incendios la dejaron en ruinas. La estructura actual es del siglo XVII, gracias a una gran restauración ordenada por el papa Inocencio X para el Jubileo de 1650. Se la encargó a Francesco Borromini, quien logró mantener la esencia de la antigua basílica mientras le daba ese toque majestuoso que la caracteriza. El interior es una auténtica maravilla. En los nichos de la nave central se encuentran doce colosales estatuas de los apóstoles, creadas en el siglo XVIII por algunos de los mejores escultores de la época. Cada una lleva un objeto simbólico: por ejemplo, San Pedro sostiene las llaves del cielo.

La basílica es famosa también por albergar importantes reliquias. Por ejemplo, en el altar mayor, situado en el centro, se conserva el altar de madera sobre el cual, según la tradición, celebró misa el mismo San Pedro. Además, en su parte superior se guardan los relicarios con las cabezas de San Pedro y San Pablo. Hoy en dia solo el Papa puede celebrar misa sobre este altar tan importante. Para rematar, en el altar más a la izquierda, se conserva una tabla que, según la tradición, sería parte de la mesa de la Última Cena de Jesús.

Es posible acceder gratuitamente a la basílica desde las 07:00 hasta las 18:30, pasando un control de seguridad policial.

Además de recorrer el interior de la basílica, también se puede visitar el claustro. Para ello, es necesario adquirir una entrada por 10 euros, que incluye una audioguía en español y el acceso a la basílica, el claustro, el baptisterio, la Escalera Santa y la Capilla del Sancta Sanctorum. Si solo os interesa la visita con audioguía de la basílica y el claustro, el precio es de 6 euros. También es posible acceder al claustro sin audioguía por 4 euros.

Aunque el claustro nos parece muy bonito, os sugerimos prescindir de su visita si no tenéis mucho tiempo, puesto que hay lugares más importantes que visitar en la zona. Si queréis entrar, podréis hacerlo desde las 9:00 hasta las 17:00.

Archibasílica de San Juan de Letrán

Obelisco y Baptisterio de Letrán

En la parte posterior de la basílica, se encuentran otros dos lugares interesantes que ver en el Laterano. El más evidente es el obelisco egipcio, que seguro habréis percibido al pasar. De hecho, se trata del obelisco egipcio más alto entre los trece que se encuentran en Roma, y además, es el más antiguo. Para que os hagáis una idea, este obelisco originalmente decoraba el Templo de Karnak en el antiguo Egipto, y fue el emperador Constantino quien ordenó trasladarlo a Roma. Una vez que llegó a destino, los romanos lo colocaron en el Circo Máximo.

Sin embargo, con la caída del Imperio Romano, el obelisco se desplomó y quedó enterrado durante siglos. No fue hasta el siglo XVI, durante el papado de Sixto V, que se redescubrió y se trasladó a su ubicación actual en la Plaza de San Juan de Letrán, donde se convirtió en un símbolo del poder papal. Si os fijáis en su superficie, veréis jeroglíficos que cuentan los logros de los faraones Tutmosis III y Tutmosis IV, lo que lo convierte en un auténtico trozo de historia egipcia en pleno corazón de la ciudad. ¡Roma nunca deja de sorprendernos!

También nos llevamos una buena sorpresa al entrar al Baptisterio Lateranense, ya que, aunque no habíamos oído mucho sobre él, nos impresionó su belleza desde el primer momento. Además, descubrimos que es el baptisterio monumental más antiguo de Occidente, construido en el siglo IV por orden del emperador Constantino.

Una de las cosas más curiosas del baptisterio es su forma octogonal, que no es casualidad: el número ocho simboliza la resurrección y la vida eterna en la tradición cristiana. Además, en su interior se conserva la piscina bautismal original, donde durante siglos fueron bautizados tanto ciudadanos comunes, como personas importantes de la ciudad de Roma. La fuente nos ha parecido particularmente bonita, gracias también a la presencia de ocho columnas de pórfido rojo egipcio que la rodean. Asimismo, los frescos que adornan completamente las paredes son el aspecto más llamativo de este lugar, según nuestro parecer.

Os invitamos a entrar vosotros también para descubrir esta joya desconocida de Roma. Además la entrada es gratuita, desde las 09:00 hasta las 19:00.

Al dejar atrás el baptisterio, os recomendamos explorar una faceta diferente de Roma, alejándonos ligeramente del bullicio del Laterano. Un agradable paseo de unos 20 minutos nos conducirá a las imponentes Termas de Caracalla, un sitio imprescindible aunque a veces pasado por alto en los mapas turísticos. Esta caminata nos permitirá disfrutar de una zona más serena de la ciudad y, en el camino, contemplar la Porta Metronia, una puerta de menor tamaño pero con la misma historia que las más conocidas Puertas Asinaria y de San Giovanni, al formar parte de las antiguas Murallas Aurelianas.

Obelisco y Baptisterio de Letrán

Termas de Caracalla

Nuestra visita a las Termas de Caracalla fue increíble. Al recorrer sus ruinas, nos dimos cuenta de lo impresionantes que debían que ser en su tiempo. Aunque muchas estructuras están bastante deterioradas, aún se puede ver la grandeza del lugar. Las enormes columnas, las paredes, los mosaicos en el suelo y las piscinas vacías nos dieron una buena idea de cómo debían haber sido en su momento de máximo esplendor.

Según nuestra experiencia en este lugar, lo que os recomendamos es contratar con antelación una visita guiada, mejor en español. Es un lugar con mucha historia y restos que la cuentan. Con la guía, entenderéis mejor cómo funcionaba, lo cual es alucinante si pensamos que estuvo en uso entre los siglos III y VI d.C. Además, podréis recorrer y descubrir todos los espacios que formaban estas increíbles termas.

Después de recorrer bien el interior, nosotros decidimos alejarnos hacia la zona del jardín. Allí encontramos un espectáculo de agua con luces, que no fue nada muy sorprendente. Sin embargo, la vista de las Termas desde ese lugar es espectacular, y el ambiente tranquilo hace que sea el sitio ideal para relajarse un poco. ¡Super recomendable!

El coste de la entrada a las Termas de Caracalla es de 8 euros. No es un sitio muy concurrido, así que podéis comprar la entrada en taquilla, o si preferís, hacerlo con antelación en la web de las termas, donde también podréis consultar el horario, que varía según la estación del año.

Os recomendamos incluir esta atracción en vuestro itinerario por Roma. Aunque no es de los lugares más famosos, ¡realmente merece la pena visitarla!

ruta laterano

Bueno molaviajeros, ¿que os ha parecido esta ruta por el Laterano y San Giovanni? Como veis, es un itinerario con muchos lugares importantes e interesantes. Si teneis algunas dudas o preguntas, podéis escribirnos por Whatsapp o por mail, ¡y os ayudaremos en cuanto antes!


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